20131231

La excusa



La excusa del 31 de diciembre

Más que cualquier día del año me sorprende el ser humano y su capacidad de transformar lo corriente.


Acostumbrada a las noticias de los últimos tiempos, en los que la capacidad del ser humano (algunos) se traduce en convertir lo corriente en algo enfurecedor, lo sorprendente es que hoy quiera celebrar lo contrario.


Hoy celebro la capacidad de (por fin) transformar lo corriente en algo ESPECIAL.

Esta noche, al cruzar el umbral de las 12 de la noche, de repente todos cambiamos nuestros propósitos, nuestras intenciones, nuestros deseos. 

Reinventamos los que ya hicimos, añadimos otros tantos y, aún sabiendo que la mitad son utopías, lo intentamos y nos autoengañamos para ser felices.
Que curioso, cuando tan sólo una hora antes nos conformamos con lo que somos, lo que vivimos, lo que hacemos, lo que sentimos...
No obstante, todo eso no es suficiente al empezar los cuartos.


Nuevos propósitos y estrategias: más deporte, dejar de fumar, beber menos (este nunca cuenta la primera noche), ser mejor persona, encontrar la estabilidad, y de paso un trabajo...

¿Otra excusa más?

Sea como fuere, me parece algo mágico.
A nadie deja impasible nochevieja, de un modo u otro, amantes, escépticos o los nuevos “haters” tienen presente las 00:00h del híbrido entre 31-1
Da igual que te agazapes bajo las sábanas. Sabes que algo está ocurriendo ahí fuera, que hay miles de personas celebrando el fin de una etapa.
Despidiendo despedidas, dramas, tristezas, alegrías, buenos recuerdos, acontecimientos que les han cambiado sus vidas …
Una nueva revolución. Una de las buenas (qué bien)

Ahí fuera hay magia.

La primera canción, el primer abrazo, el primer beso, el pie con el que pisa, el champagne que bebe (o el gaitero que nunca defrauda), la ropa... es asombrosa la capacidad para cuidar todos esos primeros momentos.


Los guardamos y cuidamos con esmero ante la incertidumbre de lo que nos traerá bajo el brazo el nuevo año.


Qué bonito enlatar todo eso.
Concentrarlo.

Me parece mágico el calor que buscamos y que muchas veces desconocemos que necesitamos, cómo nos refugiamos en una noche, en una excusa para hacer borrón y cuenta nueva, para creer que todo irá mejor.
En definitiva, cómo buscamos un pretexto más para introducir el cambio en nuestras vidas.

Para mi el 31 de diciembre es la excusa más válida, la más mágica, la más cuidada y pensada.
La excusa para empezar libres y felices y delegar a un año cualquiera lo que hemos hecho nosotros.

¡FELIZ 2o14!




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