20110622
Y que me perdonen los astros
Abrir el baúl de los recuerdos (cuanto daño ha hecho Karina) a veces, y sólo a veces, es justo y necesario.
Hoy me duele la cabeza de llorar.
"Que mal lo deben pasar los japoneses con los ojos entrecerrados e hinchados" pienso.
Recuerdo cuando éramos felices sin saberlo.
Cuando corríamos por los pasillos y el viento nos levantaba la falda.
Cuando sabíamos del valor de los besos y no le regalábamos nuestros labios a cualquiera.
Cuando dormíamos y soñábamos.
No soñábamos para seguir durmiendo.
Cuando nos sentábamos a hablar del futuro, mirando a las estrellas infinitas
con un granizado de limón congelándonos la mano en Agosto.
Cuando había ingenuidad e inocencia tan infinitas como aquellas estrellas.
Andábamos sólo por las baldosas de color rojo.
Cuando no sabíamos que todo esto iba a pasar (gracias ingenuidad).
Cuando veíamos a la gente exprimir sus cigarros.
Ahora soy yo quien se consume junto a la nicotina.
Soñando por el día para poder dormir por la noche.
Y que me perdonen los astros.
Etiquetas:
Delirius
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